El logko Albino Campo, la werken Natalia Izaza y Mabel Campo guiaron el recorrido por su territorio, situado a unos ocho kilómetros de Añelo. El panorama sorprende desde el principio: en el monte poblado de jarilla, chañar, matacebo y espinillo, sobresalen los pozos y las torres de perforación, pero también innumerables estacas de madera que señalan el lugar de futuras perforaciones, o la trayectoria de tuberías que van a surcar la tierra. Es la cartografía a escala natural del saqueo pasado, presente y futuro. A partir de esa primera impresión, atravesamos un derrotero de imágenes, preguntas, respuestas e inquietudes que bien podrían sintetizar las dudas y certezas en torno al fracking, la muestra más cabal del extractivismo como política que asegura riqueza para pocos y contaminación para muchos.
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