Los obreros de la fábrica textil, reconocida en nuestra ciudad por el conflicto que se desarrolla allí desde hace casi un año a causa de los despidos y las suspensiones, denuncian el gran monopolio, las pésimas condiciones laborales, el nuevo “lock out patronal” y la colaboración con la dictadura por parte la familia Curi, propietaria de la fábrica.
La producción
Ubicada en la avenida 44 a la altura de 184 en la localidad de Lisandro Olmos, partido de La Plata, esta fábrica de manufactura de poliéster y fibra sintética produce, con máquinas bobinadoras de alta tecnología, 130 toneladas de hilo por día. El hilo se obtiene con el plástico de las botellas, se paga 35 centavos por kilo de botella mientras el kilo de hilo se vende a 3 dólares. Como los trabajadores han manifestado, tiene ganancias mensuales por más de 4 millones de dólares, entre ventas locales y exportaciones, principalmente al Brasil. También abastece al 90% del mercado nacional de fibra sintética.
La familia Curi, que fundó la fábrica en 1959 con el nombre de “Hilandería Olmos”, cuenta con el monopolio en toda América Latina de esta tipo de producción: también es propietaria de las otras dos fábricas dedicadas a la elaboración de bobinas de hilo, ubicadas en Brasil y México. “¿Tenés magnitud del monopolio que es esto? O sea, cuando te manifiesto la palabra monopolio, te manifiesto imperio y la plata que se maneja acá”, dice Leonardo uno de los trabajadores recientemente despedidos.
El (máximo) empleo del tiempo
Un dato no menor es el tipo de producción y relación laboral que hay en Mafissa. La forma en que se produce en constante y continua, nunca se detiene la producción y hay así turnos de trabajo durante las 24 horas del día. También existe un alto peligro ya que los elementos que con los que se opera y manipula son tóxicos. Esta empresa tiene una lamentable estadística de operarios fallecidos: un trabajador muere por año a causa de las pésimas condiciones de trabajo y salubridad a las que son expuestos. También proliferan innumerables pedidos de carpetas médicas por intoxicaciones, descomposturas y accidentes de trabajo.
El nuevo conflicto
Si bien Mafissa desde hace varios años que tiene conflictos por las constantes “reestructuraciones” que llevó adelante sus dueños –en los años 91 y 94 hubo despidos y paros-, fue en marzo de 2007 donde se intensificaron los reclamos de los trabajadores y el endurecimiento de la patronal. Hacia pocos meses que asumía una nueva Comisión Interna de Delegados, conformada en su mayoría por jóvenes trabajadores. Así comienza un reclamo por el aumento del sueldo básico de un 20% acorde a la canasta familiar -el promedio es hoy con el último aumento conseguido es de $1800-, respecto de los convenios colectivos y la antigüedad, efectivización de los contratados, pase a planta permanente después de 3 meses de trabajo y mejoras de las condiciones de trabajo.
En mayo pasado, se tomó la fabrica por 42 días porque la empresa hecho a cinco trabajadores y envió 150 telegramas de intimación. Los dueños y gerentes decidieron irse y cerrar la fabrica, pero los trabajadores la mantuvieron abierta y produciendo.
En los últimos meses la fabrica empleaba a casi 600 trabajadores, a finales de noviembre fueron despedidos 103 operarios. Desde ese momento ya llevan más de 50 días de acampe en la puerta de la planta y cortando uno de los carriles de la avenida 44 reclamando la reincorporación de los trabajadores. Actualmente la empresa esta funcionando en un 20% de su capacidad manteniendo sólo dos líneas de fibra, lo que los trabajadores consideran un “lock out patronal”.
Capital y Trabajo
Jorge Emilio Curi –que posee el 50% de la empresa y es hijo del propietario original que fue cómplice con la última dictadura militar entregando lista de trabajadores- expresó en al conciliación obligatoria del Ministerio de Trabajo provincial que pretende sostener la fábrica con 200 empleados. Lo que muestra su intención de realizar más despidos en los próximos meses. Estos despidos los justifica bajo lo “reestructuración de la empresa”, a su vez mantiene amenazados a los trabajadores que actualmente están trabajando.
Mientras tanto, los trabajadores continúan su pelea por la restitución de los 17 trabajadores cesanteados y la reincorporación de los 103 despedidos en noviembre pasado y se mantienen es estado de asamblea permanente. Como plantean los trabajadores de Mafissa “queremos trabajar, no queremos que nos indemnicen”. Raúl, uno de los trabajadores despedidos, comenta: “nosotros estamos firmes acá, con más de ocho meses de lucha, pensando claramente que esta lucha la ganamos porque estamos logrando la unidad con los compañeros de ahí adentro y después de un montón de tiempo que no podíamos hacer una medida de acción directa dentro de la fábrica, empezamos a votarlas ayer [en la asamblea] con una hora de paro más bloqueo del portón, y esto se irá incrementando con los compañeros que están despedidos para ingresar. Estamos laburando en la puerta con los compañeros, los delegados están pateando mucho adentro, y se está revirtiendo todo esto que ha generado la patronal de querer dividirnos”. Para Leonardo, “Vamos a llegar a las últimas instancias, se peleará hasta el final”.
Juntando firmas… contra el corte
Los vecinos y comerciantes de la zona cercana a la textil, se han encontrado divididos en lo que incumbe a la protesta que llevan a cabo los trabajadores. Mas allá de la indiferencia que expresaban frente al conflicto, según nos decía un miembro de la comisión interna, se puede evidenciar con tan solo cruzar la calle como se hallan divididas las aguas. Las distintas reacciones van desde la manifestada por la dueña de una farmacia, que realizó una recopilación de firmas contra el corte de calle y de la de una comerciante próxima a dicha farmacia, que expulsó a la recolectora de firmas cuando ésta se acercó al almacén a pedir la adhesión al petitorio, ya que según nos decía dicha mujer, un familiar suyo se encontraba entre la fila de despedidos.
El petitorio contra el corte de calle fue entregado en manos al intendente, Pablo Bruera, que se encontraba casualmente circulando por la avenida 44 y se topó con la vecina. Este le manifestó que estaba de acuerdo con lo que plasmaba en las fotocopias entregadas con las 200 firmas, y que haría lo posible en lo que respectaba al corte.
Sin embargo, según comentaron los obreros a Indymedia, los firmantes del petitorio no serían vecinos de la zona, sino automovilistas que pasan por la zona y paran a comprar al ser un local de paso.
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