Hace 16 años Cristina fue testigo en un allanamiento a un desarmadero realizado por la policía en su barrio de Avellaneda. Desde entonces sufre todo tipo de persecuciones por parte de los amigos del jefe de la banda perjudicada, que incluiría al Capitán Poledo, Jefe de Custodia de Lomas de Zamora. Según asegura, en este tiempo ha sido recibida por gobernadores, altos oficiales de la Policía y funcionarios de los más diversos ministerios, sin obtener más que promesas inconclusas. Por ese motivo está hace cuarenta días acampando en Plaza San Martín pidiendo por su familia y la cárcel a Elvio Fernandez. Para continuar con su reclamo, este martes realizará desde las 10:00hs una radio abierta.
"El rey del corte" es el apodo con que se autodenomina Elvio Fernandez, jefe de la banda que desarmaba coches en numerosos lugares de la provincia, y se paseaba en Avellaneda en autos del Concejo Deliberante. A 30 metros de uno de sus desarmaderos en Wilde vive Cristina, quien en 1993 fue testigo en el allanamiento llevado a cabo a esta "propiedad" del "rey del corte". La obligación de cumplir con las fuerzas del orden le trajo más calamidades que otra cosa. Desde entonces toda su familia sufrió intentos de secuestro, así como golpizas, que dejaron a uno de sus hijos sordos. La justicia respondió a su llamado y le brindó un custodió, pero a los amigos de Elvio poco le importó y en uno de los varios tiroteos un oficial de la policía recibió un balazo.
Scioli es el único gobernador que no la recibió, y por este motivo vino con su familia hace más de un mes a La Plata, a la Casa de Gobierno, para que el gobernador la reciba y le garantice el desarrollo del juicio contra Elvio Fernandez, parado por decisión política según denuncia. Pero los únicos que la recibieron fueron la cúpula de la policía, quienes le decían “quédese tranquila”, además de funcionarios del Ministerio de Desarrollo Social, que se acercaron a ofrecerle plata y comida, sin siquiera saber su historia.
La visita que Cristina no esperaba era la de la gente que se acercaba a preguntarle por qué estaba ahí, a escuchar su historia tras leer los pasacalles de denuncia que cuelgan sobre seis. Entre ellos se encontró un militante del programa antirrepresivo de Radio Futura, quien la invitó al programa y por lo cual se generó una red de lazos. Gente de Ensenada, Villa Elvira y Los Hornos escuchó la historia de Cristina y se acercó para comentarle que su relato es idéntico, historias de gente que vive amedrentada, acorralada por el poder policial y político.
Mientras tomábamos unos mates un hombre le preguntó “¿por qué seguís ahí?, ¿Por qué no te mudas?”. Ella con una rígida seguridad le contestó que no se huía, que hay que pelear, y que ella no tenía porque dejar su casa.