En 1949 la Argentina firmó el Convenio para la Represión de la trata de personas y de la explotación de la prostitución ajena. Esto quiere decir que nuestro país es abolicionista. No condena la prostitución, sí su explotación. Al firmar este convenio Argentina sé comprometió a generar políticas públicas y sociales para abolir la prostitución.

El jefe de Gobierno Aníbal Ibarra y los integrantes de los bloques del Macrismo y el Bullrichismo se preparan para aprobar un nuevo código de convivencia donde la prostitución "debe ser penada". Desconociendo el convenio firmado en el 1949 de carácter constitucional.

El abolicionismo considera que ni el Estado, ni las instituciones locales tienen derecho a ejercer control sobre la vida y la salud de quienes ejercen la prostitución. Reconoce a la prostitución como un acto privado e íntimo de las personas, a diferencia de los y las prohibicionistas para quienes la prostitución es un acto ilícito y debe ser eliminado empezando por su penalización. En cambio para los y las reglamentistas, la prostitución debe ser controlada y reglamentada por el Estado. Aceptándola, pero exigiendo su reglamentación.

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