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Vendieron un cementerio aborigen y lo conviertieron en campo sojero
Por Reenvio - Saturday, Jan. 17, 2004 at 12:45 AM

16/01/04 Lo que en su momento aborígenes chaqueños consideraron como un lugar sagrado para el descanso eterno de los cuerpos de sus antepasados, pronto será un verde campo donde la soja...

Lo que era un cementerio aborigen en la colonia Sol de Mayo pasó a manos privadas y su actual dueño aró la tierra convirtiéndolo en un floreciente terreno sojero. El caso de la venta del cementerio indígena ya está en manos de la Justicia.

Así denunciaron esta semana en el diario chaqueño NORTE aborígenes de la etnia toba, los que aseguraron que primero le sacaron las tierras y ahora el recuerdo de sus ancestros.
Hoy, sus descendientes no tienen siquiera donde prender una vela.

La historia –que tomó estado nacional a partir de la puesta en escena del noticiero de América TV- se desató en jurisdicción de General Vedia (Departamento Bermejo) donde una vez más los aborígenes fueron despojados de la tierra. Esta vez, de una tan cara a los sentimientos humanos, donde unas 380 tumbas alojaban desde 1946 y hasta 1992 los cuerpos de aborígenes, todos pertenecientes a la etnia toba.

El terreno ocupaba unos 100 por 100 metros del campo que en su oportunidad perteneció al ex Ingenio azucarero de Las Palmas. Luego pasó a nuevas manos privadas y de allí a sus
actuales propietarios.

Según trascendió, hace cuatro años fue vendido el terreno en cuestión a un particular y este a un nuevo dueño: "El actual nuevo vino y aró el campo. La cruz mayor la tiraron al río de Oro, como así también muchas placas y tumbas, y cercaron el campo", agregaron.

"Primero cercaron las tierras hasta llegar a esta barbaridad: arrasar el cementerio", aseguró Miguel Chamorro, integrante del Consejo de Lucha contra la Tortura y Discriminación.

Tanto los aborígenes como Chamorro se enteraron de este hecho por casualidad.

"A fin de año habíamos ido a General Vedia por otro tema y nos enteramos de esta situación que sucede actualmente", aseguró Chamorro al respecto. Asimismo comparó que "si esto hubiese sucedido con una tumba de la comunidad judía, no con un cementerio, no queda ni el loro en el Gobierno. Pero como sucedió con los aborígenes, nadie le dio bolilla".

"Hubio incumplimiento de los deberes de funcionarios públicos, por parte del Gobernador,
jueces, legisladores, del Intendente de General Vedia y de toda esa fauna burocrática que
se tiene que preocupar de defender los intereses de estos derechos que son tenidos en
cuenta en tratados internacionales y que se los rememora con vehemencia retórica en otros países y que son violados y desconocidos en nuestro territorio provincial", denunció
Chamorro.

Por último dijo que "la profanación hacia esa comunidad no tiene parangón en
la última parte de la historia".

Entre sus reflexiones, los aborígenes mencionaron la sanción de la Ley Provincial Nº 3258,
la cual tiene como objetivo primordial "el mejoramiento de las condiciones de vida de las
comunidades indígenas, mediante su acceso a la propiedad de la tierra, como reparación
histórica; y la organización de recursos necesarios para reactivar sus economías, la
preservación, defensa y revalorización de su cultura, subdesarrollo y participación social".

Los descendientes de Ana Pereyra eligieron el cementerio aborigen de la Colonia Sol de
Mayo para que sus restos descansaran por toda la eternidad. Se equivocaron. Hoy sus
restos fueron a parar a algún lugar del río de Oro.

"Mi tía estaba enterrada allí", aseguró Roberto Quintana; y agregó: "Cuando fui a buscar los restos de mi tía y reclamo ante el supuesto dueño del campo, me contestó que el terreno era de él, que tenía los papeles y que todo lo que estaba adentro era de él. Y si quería ver a mi tía que busque por ahí, que encuentre sus huesos y los lleve a mi casa".

"Sentí mucha indignación y bronca, porque nos tienen de menos a nosotros los aborígenes", concluyó.

"Estamos muy preocupados. La preocupación que tenemos es muy fuerte y nos están
quitando un derecho adquirido, que significa el respeto por los antepasados. Hay una ley,
un derecho, que no se respeta en este momento", aseguró indignado César Chavez,
representante de la comunidad aborigen de la etnia toba.

Asimismo recordó que "presentamos muchas notas, pero en ningún momento fueron
respondidos nuestros petitorios. Ahora exigimos que sea respetado ese lugar como un
cementerio aborigen".

"Si el Estado no se hace cargo de lo que pasó en el lugar, vamos a iniciar judicialmente nuestro pedido. La Provincia no nos da el derecho como aborigen y no nos da respuesta a nuestros reclamos. Vamos a hacer un reclamo a la Nación y desde allí a organismos internacionales, ya que acá en el Chaco tenemos el Idach, pero no existe para defender nuestros derechos", agregó.

Chávez volvió a la carga contra el Instituto del Aborigen Chaqueño y dijo que "está
manejado por el gobierno provincial, senadores nacionales y diputados provinciales que
pertenecen al mismo palo político del Idach, que para nada está ayudando a su pueblo".

"Hermenegildo López hoy desconoce el problema del aborigen y cuando nosotros tenemos
este problema debemos recurrir a otra persona y no al Idach, ya que el instituto no le da
solución a su propio pueblo", finalizó.

El caso de la venta del cementerio indígena en la zona de General Vedia ya está en manos de la justicia debido a que varios integrantes de la comunidad aborigen radicaron la formal denuncia por el hecho publicado por el diario chaqueño Norte.

Los deudos afectados por este suceso buscaron asesoramiento legal respecto al delito grave que representa no solo la profanación de tumbas, sino otras situaciones que derivan de aquella en donde quedan encerradas cuestiones como la discriminación o bien, la violan de intereses difusos si se considera al lugar como histórico.

Lo cierto es que el fiscal que entiende en el tema aseguró a los damnificados que el juzgado federal habilitaría una secretaría especial para atender este reclamo.

Seguramente, también los fiscales provinciales se aprestan a interiorizarse en la causa, ya que para los deudos están involucrados en el hecho desde la Municipalidad con sus correspondientes autoridades hasta el Juez de Paz local.

A título de información, quienes asesoran a los integrantes de la comunidad aborigen exponen como antecedente histórico lo ocurrido en el gobierno del escribano Deolindo Bittel con el Parque 2 de Febrero.

En aquella oportunidad, por ley se comunicó lo que se iba a realizar en el predio, para luego sacar todos los cuerpos con el consentimiento de sus deudos, indemnizarlos y cumplidas estas formalidades, recién encarar la parquización del lugar.

La antítesis a esta referencia histórica fue lo que ocurrió en la Colonia Sol de Mayo, debido a que desde la comuna no se informó, ni se publicó, ni se buscó a los familiares para decirles que iban a hacer en ese campo.

Como se sabe, ahora un lugar sagrado para el descanso eterno de los cuerpos y almas de sus antepasados, pronto será campo sojero

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