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La Ciencia Lo Corrobora: La Cultura Capitalista Nos Vuelve Más Egoístas Y Primitivos
Por Neofronteras. Reenviado Por Alejandro Sánchez - Tuesday, Jul. 24, 2007 at 11:37 AM

La Cultura Capitalista, al menos la de EE.UU., nos vuelve más egoístas, más incapaces de entender al otro y por tanto más violentos, primitivos, salvajes e inestables. Esta cultura es un peligro para la supervivencia de la humanidad y de la vida en el planeta

Las culturas egocéntricas reducen el punto de vista

 
Área: Psicología — Miércoles, 18 de Julio de 2007

 

Foto
Casillero visto por el participante (izq.) y por el director (derecha). Dibujo: Keysar and Wu, Psychological Science.

 

Cuando uno tiene que ponerse en lugar de otro la cultura que da más importancia a la interdependencia que al individualismo proporciona una ventaja.

En un experimento psicológico los estudiantes chinos ganaron a sus compañeros norteamericanos cuando se les pedía inferir indirectamente la perspectiva de otra persona. Los investigadores dicen que este resultado puede ayudar a explicar cómo se pueden dar los malentendidos en las comunicaciones entre personas de distintas culturas.

En estudios previos se mostró que la cultura puede influir comportamientos básicos como por ejemplo cómo vemos los objetos. Ahora demuestran que influye en otras cualidades mentales. En el experimento que relatamos hoy Boaz Keysar y Shali Wu de University of Chicago (Illinois) reclutaron 40 voluntarios. La mitad de estos voluntarios eran chinos cuya lengua materna era mandarín, y que habían emigrado recientemente a EEUU. El resto eran no asiáticos que habían crecido en los EEUU.


Todos ellos jugaron a un juego en el que tenían que seguir las instrucciones de una persona situada al otro lado de la mesa denominado “director” y que formaba parte del grupo de investigadores.
Se situó entre estas dos personas una especie de casillero consistente en una estructura que contenía varios compartimentos y que alojaban objetos como bloques de madera, juguetes, gafas de sol, etc. Algunos compartimentos eran cubiertos por uno de los lados con un cartón que ocultaba el contenido a los ojos del director, mientras que el sujeto de estudio podía ver el objeto ubicado dentro sin problemas (ver foto).
Los voluntarios tenían que seguir las instrucciones del director y mover los objetos nombrados de un compartimento a otro. Pero algunas veces los investigadores situaban dos objetos del mismo tipo en el casillero. En este caso los sujetos de estudio debían de considerar el punto de vista del director para saber a qué objeto se estaba refiriendo.

Por ejemplo, se situaban dos bloques de madera, uno en un compartimento visible al director y otro invisible a él, y éste pedía al sujeto de estudio que moviese el bloque de madera al compartimento superior.

Los estudiantes chinos entendían inmediatamente a qué bloque de madera se refería el director, mientras que los estudiantes norteamericanos no siempre se enteraban y preguntaban que qué bloque debían de mover. De hecho el 65% de los norteamericanos tenían este tipo de confusión, frente a sólo el 5% de los chinos.
Además los norteamericanos tenían una reacción más lenta a la hora de mover el objeto, necesitando un 30% más de tiempo en promedio para completar la tarea. Sin embargo los objetos duplicados no parecían afectaban a los estudiantes chinos en este sentido.
Los investigadores creen que para los estudiantes chinos la tarea es más sencilla porque les es fácil situarse en el punto de vista del director. Sugieren además que los niños que son educados en EEUU de un modo que todo gira alrededor de ellos.


Un ejemplo de esta cultura del egocentrismo o individualismo proviene de una compañía de Texas que para aumentar la productividad animó a los empleados a mirarse al espejo cada mañana y decir “soy guapo” cien veces antes de ir al trabajo. Por otro lado en un supermercado japonés se animaba a los empleados a decir a los demás “eres guapo”.
En las culturas orientales se habla además más sutilmente, obligando al interlocutor a leer entre líneas e imaginar la perspectiva del que habla.


Los investigadores sugieren que este tipo de estudios pueden ayudar a explicar los malentendidos entre las sociedades asiáticas y occidentales.

Referencia : Psychological Science (vol 18, p 600-606).

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