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Revelan más casos de desnutrición y tuberculosis en El Impenetrable
Por Chaco Día por Día - Sunday, Jan. 18, 2015 at 3:38 PM

A 18 kilómetros de Bermejito

16/01/2015 La denuncia pública la hizo el coordinador del Centro Mandela, Rolando Núñez. Alertó sobre la falta de asistencia a una familia qom donde una de sus integrantes es una niña con parálisis cerebral y mal nutrida. Afirmó que sus tías también están desnutridas y padecen tuberculosis.

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El coordinador del Centro Mandela, Rolando Núñez, reveló nuevos casos de desnutrición y tuberculosis en El Impenetrable chaqueño. A pocos días de la muerte de Néstor Femenía, el niño qom que falleció de tuberculosis y desnutrición, esta vez, Núñez alertó sobre la falta de asistencia alimentaria y sanitaria a una familia de la misma etnia, que reside a 18 kilómetros de Villa Río Bermejito. Señaló que en esa familia hay una niña qom con parálisis cerebral y mal nutrida y dos de sus tías están desnutridas y padecen tuberculosis.

A través de un documento remitido a esta redacción, Núñez recordó que la niña qom Eva es hija de Rufino Fernández y de Carina Díaz. Según los padres, estaría indocumentada. Tiene dos hermanos. Viven en la Legua 8, en el paraje Cabeza de Buey, a 18 kilómetros del casco urbano de Villa Río Bermejito. El nacimiento se produjo en el hospital Güemes, de Castelli.

Eva sufre parálisis cerebral y cursa desnutrición. Se desconoce si el sistema sanitario tomó las medidas necesarias para evitar esta lesión. Núñez señaló en este sentido que a la niña actualmente “no se le brinda asistencia sanitaria integral”.

“Desde el punto de vista epidemiológico, debemos enmarcar tal parálisis en las condiciones de extrema pobreza en que viven, en el desconocimiento de los paradigmas de la salud blanca, en la inexistente relación del sistema sanitario con la población, especialmente con las comunidades indígenas, en las contingencias que debió pasar su madre y en la idiosincrasia socio-cultural de estas comunidades”, indicó.

Eva es sobrina de Dora y Virginia Fernández. Los ranchos de ambas familias están distanciados por no más de cien metros, o sea que comparten los mismos indicadores sociales, sanitarios y ambientales, que son sumamente negativos y que signan la salud/vida de los moradores.

“Las Fernández”, recuerda Núñez, “son hermanas que están enfermas de tuberculosis y arrastran desnutriciones asociadas a tal enfermedad, además de otras patologías. Fueron internadas y sometidas a tratamientos contra la tuberculosis. Luego se les dio el alta hospitalaria”.

En este sentido, Núñez remarcó que “Villa Río Bermejito es uno de los focos rojos de las endemias de tuberculosis y de Mal de Chagas en el amplio territorio conocido como El Impenetrable, donde -además- abundan flagelos sociales como la desnutrición, la malnutrición, la anemia por falta de comida nutritiva y otras tantas enfermedades vinculadas con la pobreza extrema y la injusticia social. Las poblaciones que subsisten en esta región viven bajo las tendencias a enfermar y a morir prematuramente, por causas evitables o altamente evitables”.

Niño y familia qom desprotegidos

“Los padres de Eva deberían gozar de plenos conocimientos y de la información suficiente para la guarda y preservación de la niña, en directa relación con el vínculo médico paciente”, señaló Núñez. “Este proceso se debería fortalecer diariamente para construir el círculo virtuoso entre el sistema socio-sanitario y la familia en cuyo seno está la niña con parálisis cerebral. El seguimiento debe ser constante. La historia clínica tiene que reflejar, paso a paso, los avances y retrocesos justamente para potenciar los aspectos positivos y superar o neutralizar los factores negativos evitables dado que siempre debe tenerse presente que son vitales la información y el conocimiento acabado sobre el niño que sufre la parálisis cerebral puesto que si bien esta patología no avanza en su grado, es permanente e irreversible, o sea que no se cura. Sin embargo, con una correcta asistencia socio-sanitaria y familiar se mitiga o neutraliza las consecuencias de la enfermedad”, sostuvo.

“Eva debió y debe ser tratada por un equipo interdisciplinario sanitario ampliado a lo social y educativo, con asistencia ortopédica y exámenes oculares y auditivos, como también desde el punto de vista kinesiológico y fisioterapéutico. En realidad, debió estar en un centro de fisioterapia para que la asistencia fuera integral. Eva debió gozar de una dieta alimenticia perfectamente planificada, acorde con el grado de su parálisis cerebral y lesiones acumuladas desde su nacimiento, en el que se destaca su dificultad para ingerir alimentos”, indicó.

“Lamentablemente, el sistema socio sanitario se redujo a una mínima prestación, absolutamente reprochable, aunque alertados de la presencia de los periodistas de La Nación, inmediatamente después Eva fue retirada de su hogar e internada en el hospital Güemes de J. J. Castelli. O sea que el tratamiento que de por vida demanda el cuadro de salud de la niña qom fue incumplido por el sistema desde su nacimiento. Esto explica su desnutrición y el potencial agravamiento de las lesiones que podría cursar a futuro. Bajo el sistema de no seguimiento y asistencia integral de la paciente, el pronóstico es sumamente negativo, cuadro que se puede agravar por el escenario de extrema pobreza de la familia Fernández, quienes viven en base a una mono dieta hidrocarbonada, con eje en harinas, grasas, sémolas, a veces arroz y en poca ocasiones carne”, añadió.

Fotos: Centro Mandela

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