Desde abril de 1989, último año de la dictadura militar, Chile no vivía una Jornada de Protesta Nacional como la de este 13 de Agosto. En la memoria colectiva resuenan aún los recuerdos de jornadas similares vividas desde 1983 que buscaban además de mejores condiciones laborales y económicas, la caída del dictador Augusto Pinochet. Veinte años después las reivindicaciones son similares a las del "Paro del Hambre" o la "Jornada por la Vida", pero en democracia. Una democracia que no convence y que parece estar dispuesta a seguir manteniendo un sistema tan perverso como el instalado tras el golpe de Estado del 1973. Incluso, hoy libera de culpas, con leyes de "reparación", a los responsables de 17 años de régimen militar con más de 3000 desaparecidos, 500.000 torturados, 1 millón y medio de exiliados y tres generaciones de chilenos bajo el terror. Por que el "milagro chileno" ha empezado a hacer agua, aunque las cifras macroeconómicas y los grandes economistas neoliberales del mundo se empeñan en esconderlo.
Una nueva ley sindical que hoy está siendo impulsada desde el Ejecutivo ahonda las injusticias del neoliberalismo. Las cifras no oficiales de la "maravilla económica" hablan de cerca de 2 millones de pobres (Chile tiene 15 millones de habitantes), una desocupación que sobrepasa el 12%, sin considerar a quienes sufren la subcontratación, precariedad laboral, contratos inestables y sin previsión social.
A esto se suma la existencia de una Ley Sindical que pocas garantías les deja a los trabajadores, diseñada a favor de la flexibilidad laboral y del empresariado. Las cifras actuales de sindicalismo en Chile no superan el 50% de la masa trabajadora. Las condiciones formales de sindicalización son irrisorias y esto se acompaña con el temor paralizante de muchos trabajadores de perder su fuente laboral. Incluso, la CUT ?Central Unica de Trabajadores- ha sufrido una disminución importante de sus afiliados generada por la desconfianza en su gestión y que ha llevado a probar alternativas de organización gremial.
Sin embargo, el Paro Nacional de este 13 de
agosto fue organizado por dicha Central
Sindical, siendo un éxito movilizando a
miles de trabajadores tras las consignas de
repudio al modelo económico vigente y por
el respeto a los derechos laborales. Las
reivindaciones fundamentales están en el
derecho al trabajo, por empleos decentes
con salarios justos y con seguridad social
y por un trato digno, contra la prepotencia
e imposición que se ejerce dentro de las
empresas públicas y privadas.
Además de pensiones dignas para la tercera
edad, mejoras en la salud y educación para
todos.
A estas reivindaciones generales se fueron
sumando las de más de medio centenar de
gremios que participaron del llamado a
Paro.
Así, los empleados públicos y municipales
abogaban por una carrera funcionaria, los
profesores por contratos indefinidos y los
gremios de la salud contra la reforma que
impulsa el Gobierno, que a su juicio
encubre una privatización.
Incluso se conformaron Coordinadoras por la
Protesta Social para contrarrestar el
bloqueo informativo durante la jornada y se
sumaron las organizaciones estudiantiles.
El paro recibió, además, el respaldo moral
de la Iglesia Católica, que a través del
Vicario de los Trabajadores, Ignacio Muñoz,
declaró que el descontento social "es
innegable", principalmente por "el desempleo
que no cede" y la "profunda inestabilidad
laboral".
A las reivindicaciones sindicales se unieron también protestas por la ley presentada ayer por Lagos sobre las violaciones de Derechos Humanos. La Ley contempla reparación económica para los afectados, tanto de las victimas de Desaparición como de los militares muertos en ese periodo y la diferenciación de culpas de los responsables directos y "quienes solo recibieron ordenes". Mientras el presidente Ricardo Lagos declaraba su "preocupación por los incidentes y el daño que causan a la imagen internacional del país", afirmando que "lo único que se verá en el exterior serán estos desórdenes" que "dañan el país", cientos de manifestantes son detenidos y brutalmente reprimidos.
Según fuentes sindicales, el paro abarcó el total del profesorado y la administración pública, entre el 90 y 95 por ciento del sector de la Salud y el 92 por ciento de los empleados municipales.
Al parecer el "jaguar de América" comienza a caer y se levanta con fuerza la voz de protesta contra un sistema perverso e inhumano. Es de esperar que esa energía que hoy moviliza a cientos de trabajadores se mantenga y se multiplique, mostrando al mundo la verdadera cara del sistema.
Fotos del 13 de agosto: 1l 2l 3l 4lAudio: aqui l