“De los antiguos
poderes dominantes quedan restos desordenados del complicado rompecabezas que
los mantuvo arriba por décadas. Un caos de intereses, y de personajes que
representan esos intereses, deambula por los cada vez mas estrechos pasillos de
los Poderes nacionales. Los políticos de antes son reemplazados por nuevos
modelos: Políticos con mil caras.” (EZLN, México 1998) Otro 24 de Marzo nos llena de bronca por lxs
compañerxs caídos, de rabia por tanto genocida impune. Otro aniversario en que
reavivamos la lucha contra la impunidad de los asesinos de ayer y de hoy. Hoy
reafirmamos que para tener justicia nada podemos esperar del propio Estado si no
hay un reclamo masivo que pueda terminar con la impunidad. Resulta imprescindible relacionar los aberrantes
hechos ocurridos en la historia reciente argentina, con nuestra realidad actual,
puesto que es paradójico ver que todavía hoy –a 29 años de la imposición del
terrorismo de Estado que aniquiló la libertad de expresión, la justicia y sobre
todo la vida de miles de personas- lxs responsables de este crimen sistemático
organizado gocen de los privilegios que ellxs mismxs negaron a sus víctimas.
Víctimas que aun hoy nos duelen. Y nos duelen no sólo por la barbarie a la que
fueron sometidxs, sino también porque son la imagen temible de un pasado que se
perpetúa con el sostenimiento de un régimen económico que deja a millones de
argentinxs por debajo de la línea de pobreza mientras se continúa pagando la
fraudulenta e ilegítima deuda externa; y un aparato represivo que –más allá de
las medidas sensacionalistas- ha permanecido estructural e ideológicamente
intacto (gatillo fácil, tolerancia cero).
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