Generalmente los hechos represivos parecen ser aislados y ajenos entre sí. La construcción que se realiza desde los medios masivos hegemónicos de comunicación refuerza esta idea fragmentada e inconexa.
El nivel de acumulación política, social, sindical alcanzado por distintas organizaciones y espacios puestos en juego en la escena política en los últimos meses, sacó de sus cómodos sillones a los engordados cuerpos de la burocracia sindical y soportó una vez más, lo embates de la represión institucional.
Para los sectores de poder de nuestro país, es claro que el mayor problema no es la gestión del gobierno K. De hecho, muchos sectores industriales y de la oligarquía han logrado altos índices de ganancias durante la etapa kirchnerista. El sector automotriz, la minería, el agronegocio de la soja, son sólo ejemplos de los sectores que ven como sus patrimonios se multiplican exponencialmente en los últimos años.