En diciembre del 2006, en Corral de Bustos una niña de 3 años fue violada y asesinada. Este hecho generó la indignación y protesta de lxs habitantes de la localidad quienes salieron a las calles a protestar por la inacción de la justicia para investigar este caso.
Sucede que este hecho se enmarcó en un contexto donde todo el sistema judicial y de seguridad estaba fuertemente sospechado por la población, de ser encubridores de distintos delitos y crímenes que ocurrían en la región.
En aquella oportunidad la agencia APN señaló "desde la falta de atención a las denuncias de la abuela de la chiquita anteriores al hecho, pasando por el secreto a voces de las pistas de aterrizaje clandestinas para tráfico de drogas con apoyo policial local, hasta policías y fiscales más dedicados a fraguar causas que a investigar los verdaderos delitos, muchas veces cometidos por ellos, sus patrones o sus amigos, hicieron que el pueblo, luego del entierro de Ariana, se dirigiera a la plaza, exigiendo que saliera el juez a dar explicaciones".
La movilización popular, que comenzó pidiendo justicia por Ariana, continuó para combatir la impunidad del poder. Seis años después, la historia no se ha cerrado. Doce personas fueron condenadas en un proceso plagado de irregularidades.
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